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La fina arena se filtra entre mis dedos. Mis ojos se cerraron cuando recordé la última vez que estuve aquí. El aire salado que penetra profundamente en mi nariz, me trae a casa con el corazón. La sequedad del aire es notable, a pesar de que estoy a escasos metros de un océano. El calor abrazador tensa mi piel, a pesar de estar protegida del sol. El brillo intenso del Sol penetra los párpados, lo que inmediatamente me recuerda cuán agradecido estoy por haber elegido unas buenas de gafas de sol. ¡En mi mente, ya estoy nuevamente allí!
Estas son las sensaciones que pueden sentirse en cualquier playa, en cualquier parte del mundo. Pero las vistas aquí, son otra cosa. Este tramo de costa no se parece a ningún otro lugar. Es el destino final para aquellos a quienes les gusta para sus deportes, un poco más que el viento promedio.
La playa
Cuando pienso en Tarifa, lo primero que viene a mi mente son las playas y las sensaciones. Amo también la ciudad; las partes más antiguas me recuerdan a otros tipos de ciudades bohemias, como Palaiochora, en la costa sur de Creta. Ambas dan la sensación de estar retrocediendo en el tiempo. No a tiempos antiguos, sino a los primeros días de los viajes masivos. Un recordatorio nostálgico de los años setenta, donde lo antiguo se encuentra con lo nuevo; donde las antiguas partes moriscas de la ciudad se mezclan con las modernas, convirtiendo a los 70' en un punto de transición borroso.
Tal vez sea sólo yo. Mi primera vez en Tarifa fue de niño, en los años 70. Mi punto de vista está teñido, de alguna manera, con el sentimiento de la época, que trae consigo mi propio giro distintivo de la ciudad. Esto de ninguna manera es un desaire a la ciudad. En absoluto, me encanta este lugar y lo tengo como uno de mis tres mejores lugares para visitar. Me gusta ver lugares nuevos, pero tengo que volver para visitar a un viejo amigo, y Tarifa es seguramente, uno para mí.
Una ciudad más grande que la vida
Aunque me refiero al pueblo como pequeño, no lo es ya que es el hogar de un poco más de dieciocho mil personas. No obstante, todavía da la sensación de pequeño pueblo de la costa española. Y ese es el atractivo, y es uno de los principales destinos para los deportes de agua con viento.
Tarifa se jacta de ser el punto más al sur de la España peninsular, y además, el área tiene una cualidad especial, dos vientos completamente diferentes. El viento Levante, que pasa por el estrecho de Gibraltar y el viento Poniente, que viene del oeste del Atlántico. Estos dos vientos soplan por más de 300 días al año, haciendo que el movimiento del aire sea perpetuo.
Si la ubica en Google Earth, notará que tiene muchas playas rectas, de hecho, hasta 10 km, más o menos, dependiendo de cómo sople el viento.
Debe tener cuidado del viento, ya que en la playa puede ser engañoso. Por la forma en que sopla, refrescando la piel, no le dará la sensación de haber sido golpeado por el Sol, mientras lo estaba tomando. El primer día de una visita reciente, volví a mi hotel con varios tonos de piel más oscuros de lo habitual. Me bronceo fácil, sin embargo me sorprendió lo blanco que se veían mis dientes de vino tinto, ante mi reflejo en el espejo.
"Cuando era niño, me pasaba todo el día al sol, sin darme cuenta de cuán bronceado me volvía." Había demasiadas distracciones. Mis favoritas eran los vendedores de rosquillas en la playa: compraba delicias recién hechas con azúcar, recién cocinadas y deliciosas. Entonces, tenga cuidado, porque puede olvidarse fácilmente de lo obvio.
Un agua y deportes de viento
Todavía me sorprende cómo una revisión de los distintos momentos de la vida puede ser tanto sentimental como alterada, y cómo puede perderse en los distintos puntos de vista ¡Estos días no hay tantas rosquillas! Con la playa es suficiente.
Aquí los deportes acuáticos son increíbles y desafiantes.
¡Sin embargo no lo son para mí! Cuando el windsurf llegó aquí, yo tomé una decisión.
Yo me hice a la idea desde el primer día. Vi a un tipo "chocar y quemar" en el agua haciendo todo lo posible por aferrarse a su tabla de windsurf, fuera de control. Escuché a un hombre detrás de mí decir una sola palabra, mientras veía el mismo incidente. Aficionado, dijo, y era alemán; y no necesitaba un traductor para entender a qué se refería. Y tenía razón. El tipo en el agua estaba fuera de la zona para el deporte y tuvo que ser rescatado por algunos amigos, mientras que otros se ocuparon de su equipo, que estaba causando estragos en la costa, sin tripulación y a merced del implacable viento.
Yo también soy un aficionado. Pido disculpas a los entusiastas de los deportes de viento que puedan estar leyendo esto y preguntándose: por qué este tipo escribe sobre un lugar tan precioso cuando no practica los mismos deportes de locos. En mi defensa, solo diré que escribo aquí con respeto. Este es un lugar donde las velocidades del viento pueden superar las 50 mph y con frecuentes rachas impredecibles.
Conozco mis límites y vengo aquí por la playa y por ver a los otros disfrutando de la naturaleza, la que es realmente impresionante".
Este lugar es considerado como el mejor destino del mundo para los deportes de viento, por una razón: las condiciones del viento aquí son únicas; y no sólo han diseñado las playas y las dunas que amo, sino que han hecho de esta zona una meca para la vela, el windsurf y el kitesurf. Es lo más cercano a la perfección que cualquier lugar pueda tener, para esos deportes individuales.
A la distancia y a simple vista, el mar chispeante parece un poco borrascoso, mientras que el viento remata olas con cresta coronada de varias formas y tamaños, en la orilla. Todo parece en orden. Es cuando se ven las habilidades realizadas; las vertiginosas velocidades y desafíos de los deportes combatiendo con los elementos; éstos son realmente los lugares para ver. Para mí como espectador, los cielos bajos están llenos de barriletes conectados a los surfistas, y podría permanecer en la playa mirando, durante horas. Es tan entretenido como cualquier otro deporte. Alternativamente, si le apetece algo diferente, puede elegir las dunas de Punta Paloma, Tarifa un poco más al oeste.
Una duna
No es difícil darse cuenta. Si alguna vez se ha preguntado a dónde va toda esa arena cuando el viento sopla fuerte, es aquí. ¡Cuando lo vea, lo sabrá!
La enorme duna al final de esta cala se crea cuando el Levante se sale con la suya. Hay una carretera que atraviesa la parte posterior de la duna principal, que siempre está siendo excavada con maquinaria pesada. Si conduce a través del profundo canal obtendrá la sensación de que está en otro planeta. Hace un tiempo, recuerdo que estaba parado en lo alto de un acantilado de arena, en el lado de esta duna que daba al mar, casi vuelo hacia atrás mientras miraba hacia abajo, una caída al agua. Este es un lugar donde los locos hacen cosas mucho más locas que yo. Vaya, mire las dunas y diviértase. Si es un niño, está bien; si es un adulto, váyase y vuelva a ser un niño, le encantará.
Más que sólo deportes acuáticos
¿Qué más hay para ver? Sí, sí lo sé, me doy cuenta de que soy un vagabundo de playa, dicho por otros más de una vez. Entonces, para aquellos que estén de acuerdo, sigamos adelante.
La ciudad tiene algunos lugares maravillosos para ver. El Castillo de los Guzmán (El Castillo de Tarifa) es una fortaleza restaurada de 1.058 años de antigüedad que se encuentra frente al puerto. El viejo fuerte domina la parte más al sur de la ciudad. Una modesta tarifa de entrada de 2 euros le llevará al interior del castillo, donde tendrá la oportunidad de ver a lo lejos, un continente diferente, África. No hay muchos lugares en la tierra donde pueda hacer esto. En un día despejado, desde las torres del castillo, puede ver las montañas y la costa de Marruecos.
Una puerta de entrada a África
Desde el puerto de junto puede tomar un viaje de un día a Tánger, en Marruecos. Los transbordadores funcionan hasta 8 veces al día, con un viaje de una hora en cada sentido (tenga en cuenta que hay una diferencia horaria de una hora en la distancia de 33,3 km, por lo que llegará a la misma hora que salió. Recuerde no quedar atrapado por la belleza, y perder el último bote de vuelta).
La mayoría de las actividades en y alrededor de la ciudad, se centran en el agua. Desde la costa, la observación de ballenas y delfines es excelente. He estado muchas veces. Al principio, no estaba seguro de si esto era bueno para la vida silvestre acuática, pero me dijeron que las criaturas no se quedarían si no fueran felices. Ahora estoy de acuerdo en que se logra un buen equilibrio. Hay una respetable Asociación sin fines de Lucro, con dos décadas de experiencia. Les recomiendo que los apoyen al elegir realizar un viaje en barco.
Donde viejo se encuentra nuevo
La Puerta de Jerez es la única entrada restante y parte de la antigua ciudad amurallada, que data de la época árabe. La puerta lleva a calles estrechas y sinuosas (algunas de las cuales podrían atascarse con vehículos, pero no deje que esto le impida seguir adelante) llenas de una abundancia de bares, restaurantes y pequeñas boutiques. Esta es parte de la ciudad que más recuerdo de mis primeros días aquí, y pasar la mayor parte de mi tiempo fuera de la playa, en de estas calles estrechas. Tome un paseo por la tarde o el atardecer, por los senderos, y se alegrará de haber venido. Sin duda le hará retroceder en el tiempo una y otra vez, con su vibrante ambiente y su ritmo relajado y tranquilo.
España ocupa el primer puesto como uno de los países europeos más visitados y tiene más de lo que le corresponde, en lugares turísticos. Sin embargo, algunos ofrecen diversidad, como Tarifa: un lugar de vacaciones, único e incomparable. Es imprescindible visitar el lugar para apreciar plenamente las maravillas de esta hermosa parte del mundo.
¿Cuáles fueron esas cinco razones de?
1. Las Playas
2. El Castillo de los Guzmán
3. Viaje de un día a África
4. Avistamiento de ballenas y delfines
5. La Puerta de Jerez
6. Oh, ¿mencioné las playas…?
